jueves, 3 de febrero de 2011

Ahí tienen su final

Ea, lo que querían.

Si es que eran muchos los motivos y muchas las presiones para que la final fuera la que va a ser...

Al final, se enfrentarán los dos mastodontes de nuestro fútbol.

Uno, el que se pasea por los campos de fútbol goleando, divirtiendo y enamorando al personal, con jugadores como el nombrado "mejor futbolista del mundo" o esos que forman la columna vertebral de la selección campeona de Europa y del mundo.

Es decir, el Barça.

Otro, el que lleva 108 robando por campos españoles y europeos, con un juego que aburre al más ultra, con personajes tipo Mou, Cristiano o Valdano y que presumen de señorío, con periodistas de la talla internacional de Roberto Gómez, Palomar o Roncero tirándose al suelo por un chuletón (especialmente el primero) de "su" Real Madrid y con una afición prepotente, que se creen por encima del bien y del mal y que cada vez tiene a más españoles en contra (afortunadamente).

Es decir, el Real Madrid.

El partido.

Pues nada nuevo bajo el sol.

Aunque empezaré diciendo que, a mí personalmente, el Sevilla FC no me ha disgustado. Un Sevilla que plantó cara al Madrid, manejando el encuentro en varias fases de la primera parte y con una defensa arriesgada que tiraba constantemente el fuera de juego y al límite.

Me gustó Rakitic. Un tío que se presentó anteayer y que ha debutado en el Bernabéu, entendiéndose muy bien con sus compañeros pero al que le faltó atreverse un poco más en el disparo.

Romaric, que venía de lesión, pierde mucho en la banda. Esa opción de renunciar a los costados para poner a Ndri en la izquierda no me gusta un pelo porque el marfileño, que tiene un guante en la izquierda, no tiene velocidad ni desborde para irse de su lateral.

Medel, fue anecdótico.

Lo peor, la delantera. Esa que nos salva en infinidad de partidos no ha sido capaz de meterle un sólo gol al Madrid en 180 minutos.

Y eso, en una eliminatoria, es básico. Aunque algo tendrá que ver la defensa que hoy teníamos enfrente.

No puedo dejarme atrás (algo imposible cuando cualquier equipo, y especialmente el Sevilla FC, se enfrenta a Alí Babá y los 40 ladrones) a los árbitros.

Y digo bien, a los árbitros.


Los dos ejecutores de una trama sibilina y perfectamente orquestada para que sucediera lo que contaba al principio.

Los dos se apuntan en su casillero (y en su cuenta corriente) dos fallos garrafales y, que de no ser así, ambos partidos de la semifinal hubieran terminado de forma diferente. Un GOL de Luis Fabiano anulado por Undiano y Fermín y, hoy, otro Negredazo, por un fuera de juego inexistente.

Pero sobre todo, por el arbitraje sibilino, misterioso y oscuro que acostumbran a realizar cada vez que se dan dos situaciones:

Que juegue el Gran Equipo de Andalucía (en contra). O que jueguen algunos de los dos privilegiados (a favor).

Esos dos que van a jugar esa final tan deseada.

Ea, pues a por la liga y la UEFA, que no es poco.

Por último, me quedo con tres detalles:

Uno, la sensación de grupo que me queda al ver como medio equipo se mete una carrera de 40 metros para comerse al árbitro por una entrada criminal de Sergio Ramos a Fernando Navarro y pedirle la expulsión (bravo, por Sergio Sánchez).

Dos, ¿cuándo, en la historia de la televisión, un narrador -eso, narrador- de fútbol, Carlos Martínez, comenta en medio de la retransmisión cómo la afición local se ríe del presidente visitante con no se qué de un sombrero?

Y tres, la vida tan triste que tienen algunos vecinos de la ciudad y que, de pequeños, se equivocaron al elegir equipo para empezar a tirar petardos, segundos después de que terminara el partido. Esos petardos que llevan guardados poco menos de diez años y que cómo sigan escondidos se van a echar a perder.

Como dijo "El Gallo"... hay gente pa tó.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo Mies. Aunque como bien dices en mi blog, sin meter un gol en 180 minutos es imposible pasar una eliminatoria. Estás enlazado. Un abrazo y pasaré por aquí a menudo e comentar.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Alexis.

    Soy un ferviente seguidor de tu blog (incluso cuando intervenías en el debate del sevillismo...)

    Otro abrazo.

    ResponderEliminar