jueves, 3 de marzo de 2011

Este es el club señor

Tengo amigos, pocos, que son del equipo presidido por el Ser Superior y, en los últimos tiempos, les digo que afortunadamente España es cada vez más culé (todos aquellos que no poseen la gracia de ser sevillistas, claro).

Y añado que, en este país que se mantiene unido por el fútbol y El Corte Inglés, cada vez hay más antimadridismo.

No hace falta que recuerde los enésimos episodios, pasados y recientes, de robo a mano armada en cueva propia y casa ajena. El último, en semifinales de Copa de este 2011.

Pero al margen de lo estrictamente deportivo, los seres superiores, ladrones de guante blanco ellos, han ido y todavía siguen yendo por el mundo futbolístico de club señor.

Ea, pues toma.

MARCA 03-03-11


La portadita del panfleto más leído en este país (así nos va) deleita con un nauseabundo e irrespetuoso "Vuelve Manolo el del récord. 96 puntos - 0 ligas".

Este es el club que lleva predicando a los cuatro vientos que es el club del señorío y el saber estar.

Cierto es que esto no lo dice el Madrid. Pero lo dice su propaganda extraoficial, que al fin y al cabo es lo mismo y por ello no necesitan de radio, periódico y, ahora, televisión. Tienen a Inda y sus secuaces para verter toda la mierda que deseen sin mancharse las manos.

Y si alguien se desmarca de la corriente galáctica, ellos actúan así. Cierran, boicotean, amenazan a todo aquel que se dedique a hacer lo contrario de lo que ellos hacen: destapar toda la basura que echan a diario.

Esto es una mafia muy difícil de parar pero la blogosfera sevillista es una bola de nieve, cada vez más grande, que debe hacerse fuerte para escudar a todo lo que rodea al Sevilla FC y denunciar todo lo que huela a madridismo rancio y mafioso.

Porque todo buen sevillista que se precie no puede compartir sentimientos con el equipo de la capital.

Eso es lo que pienso y eso es lo que digo.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Se echaba de menos algo así


Hacía tiempo que no disfrutábamos de una victoria tan balsámica como la que vivimos los sevillistas en la fría noche de ayer en la bombonera de Nervión.

Ya era hora.

El partido tiene una sola lectura: partido totalmente controlado por el Sevilla FC con unas estadísticas de posesión de balón (me gustaría verlas) brutales pero que se allanó, y bastante, con el penalti y expulsión de Eguren.

Es cierto que Luis Fabiano tuvo una muy clara minutos antes que podía haber abierto el marcador pero se estrelló ante el portero asturiano.

Hizo el Sevilla un partido serio que me deja muy buenas sensaciones.

Javi Varas no se estrenó (creo que ni sudó la camiseta) y eso siempre es buena noticia.

La defensa va ganando entereza con Fazio (pedazo de futbolista) y Escudé (se agranda cuando está junto al argentino) como centrales. Fernando Navarro está volviendo a ser un gran lateral de nuevo (estaba cansado de ver partidos lamentables del catalán) y eso es bueno para el equipo. Dabo, dentro de sus limitaciones técnicas y tácticas, desarrolló un partido correcto.

Rakitic y Medel (gracias, Monchi) son indispensables en el once titular. Ayer el croata jugó como quiso, dando pases al primer toque y en profundidad (véase el pase de gol a Negredo).

El chileno es un crack. Que vendrán partidos malos de Gary, incluso rachas, por supuesto. Pero, a día de hoy, este jugador tiene que jugar aunque le falten las dos piernas.

Las bandas mejoran. Aunque Perotti empieza a ser el que era y puede que experimente un tramo final de temporada excelente, a Navas le queda mucho margen de mejora. Está más entonado el palaciego pero le faltan detalles que tiene todavía guardados.

Por último, Luis Fabiano y Negredo. El primero, desde que hizo esas controvertidas declaraciones vía twitter, parece otro jugador (no quiero pensar mal), mucho más implicado, trabajador, fajándose en defensa y colaborando mucho más en las jugadas de ataque. Negredo (siempre defendí a este jugador, no es sólo ahora) no sólo me parece un excelente goleador, sino que me parece un futbolista con una clase extraordinaria, capaz de dar pases y hacer goles inverosímiles que más de un día provocarán la pañolada en el Pizjuán.

Seguimos 7º, empatados a puntos con el Athletic (38 pero con un partido menos para los vascos) y a dos del Español, que ayer perdió en su casa frente al Mallorca.

Poco a poco.

Mirar más para arriba me parece demasiado atrevido.

Para el final dos cositas de los dos entrenadores.

Manzano.

No voy a darle palos, y menos cuando gana como ayer, pero me sorprende que cuando el partido va resuelto con un 2-0 haga los cambios con mucho tiempo para el final mientras que cuando pierde tarde un mundo en hacerlos, incluso haya ocasiones en que ni agote los tres permitidos.

Preciado.

Tras la rueda de prensa que escuché ayer, me gustaría decirle unas cuantas cositas.

Primero, según su opinión, la regla de penalti y expulsión en clara ocasión de gol no debe existir. Rubinos, según usted, la pitó porque así está establecido pero que eso es cargarse el fútbol. Pues bien, yo comprendo que las situaciones desesperadas (ver de cerca el precipicio del descenso) hagan decir cosas que no tienen mucho sentido, pero por proponer normas nuevas en el reglamento que no quede; si le parece bien, a partir de ahora, los 11 futbolistas pueden coger el balón con las manos, eliminamos el fuera de juego, todos los espectadores tendrán un megáfono para que todos hagamos de entrenadores (esto último tendría muy buena acogida), habrá 22 balones y nadie descenderá a segunda división. ¿Le parece bien? Todo sea porque se salve su Sporting. Ese equipo tan simpático que nos recibe en el Molinón como si les fuera la vida en ganarnos y esa afición tan caballerosa que nos recibe a palos (nunca mejor dicho) cada vez que la mejor afición del mundo pisa tierras asturianas.

Segundo, nosotros no somos azules. Somos del Sevilla FC. No necesitamos unirnos con nadie para existir. Estamos acostumbrados a ir solos (mejor que mal acompañados) por el mundo. Ese es su problema, que no tiene rivales con los que alimentar su rivalidad y se los busca a 1000 km de su casa.

Pues eso, pa casa.

martes, 1 de marzo de 2011

Ganar o ganar.

Después de un puente en la Alpujarra granadina que no me impidió ver el encuentro entre nuestro Sevilla y el tercer equipo de la capital de España, vuelve la normalidad y, casi sin darnos margen de análisis, otro partido de liga.

Otra final.

Es cierto que el equipo está dando últimamente una mejor imagen sobre el terreno de juego y eso tiene que verse reflejado en el campo. A mí no me sirve en absoluto el jugar como los ángeles y palmar una vez tras otra.

Primero, ganar. Segundo, jugar bien.

Y no al revés.

Se presenta ante nosotros un rival que, después de pasarlas canutas ellos y su entrenador, parece que sus aguas se han tranquilizado algo en las últimas semanas. Un rival, a priori, inferior. Y esa es la peor de las noticias que nos pueden dar a los sevillistas.

Todos sabemos que nos estamos especializando en resucitar a equipos de ahí abajo y en hacer que jugadores que no le han metido un gol al arco iris en su vida contra nosotros parezcan el mismísimo Van Basten.

Vuelven Palop, Kanouté y Romaric.

A ver que pasa en la portería...

Yo mantengo lo mismo que dije después de la eliminación en Oporto. Me dan igual las rotaciones y tener (a estas alturas no sirve ya de mucho) a todos los jugadores enchufados.

Deben jugar los 11 mejores.

Y así será más viable que los tres puntos se queden esta noche en casa.

No hay opción a más tropiezos y, sobre todo, viendo los próximos partidos que se nos vienen encima.

Ganar o ganar.

Lo demás son pamplinas.