martes, 15 de febrero de 2011

Yo creo...

BELIEVE

Yo creo.

Puedo asegurar que no me he fumado ni bebido nada que no sea un poco de agua.

También os aseguro que no pertenezco a ninguno de los estamentos de comunicación del club ni me declaro (lo que está muy de moda ahora), para nada, oficialista.

Quizá, me levanté este martes con un estado de ánimo, en sevillista, totalmente opuesto al meteorológico.

No sé cuál será la causa pero, a pesar de todo, sigo creyendo.

Me niego a pensar que este proyecto esté acabado (¡por Dios!).

Me niego a pensar que, con esta plantilla, estaremos al final de temporada donde estamos a día de hoy.

Es cierto que ha habido partidos de traca como los ya lejanos -que no olvidados- Mallorca, Getafe, Almería... y más recientes como Dépor, Málaga o Santander.

Pero pienso que, al margen de los múltiples errores que estamos cometiendo desde varios aspectos (que son tela), este equipo intenta levantarse después de cada golpe.

Los golpes que recibe son de todos los colores: malos planteamientos antes, malos planteamientos durante, arbitrajes nefastos, rivales puntualmente afortunados, sistema defensivo de chiste, toda la mala suerte del mundo, excesivas lesiones,...

Algunos dirán que son excusas. Otros, que algo se estará haciendo mal.

Y yo digo que, como a este púgil le den un poco de aire, se va a levantar y se va a liar a dar viajes a diestro y siniestro.

Se me escapa si, detrás de todo lo que llevamos viendo demasiado tiempo, existe algún tipo de conjura contra el entrenador (los futbolistas, por norma general, son así de simpáticos).

Pero mi sentimiento sevillista me ciega y me dice que nada de eso, que este equipo puede.

Le hace falta una pastillita de voluntad.

Y un poco de jarabe anímico.

Cuando a un boxeador le pegan golpes sin parar le pasan dos cosas: que cada vez está más noqueado, no solo para devolver los derechazos sino también para esquivarlos; y que llega a un punto que ni él mismo se cree que pueda, ni siquiera, acariciar a su rival.

Y nosotros, la afición, esa que (casi) nunca falla debemos ser el soplo de aire que necesita el equipo para que no arroje la toalla; esa que le grite "estamos contigo" después de cada golpe; esa que debe sumar y no restar; esa que crea (cuando quiere) un paraíso para los de colorao y un infierno para los rivales; esos 45.000 corazones latiendo, rugiendo y haciendo vibrar los cimientos de la bombonera de Nervión; esa que nunca se rinde; esa que apoya a los nuestros, incluso en las victorias; esa que debe ser crítica (constructiva, siempre) después de cada asalto.

Quedan 15 jornadas. 45 puntos.

Aunque antes tenemos un encuentro europeo precioso. En nuestra competición. Con nuestra copa. Ante un rival durísimo (¿no lo era también el Borussia?).

Próximo asalto, este jueves.

21:05 h.

FC Porto.

Quien pega primero pega dos veces.

¡Vamos, mi Sevilla!

¡Vamos, campeón!

1 comentario:

  1. Por supuesto que el proyecto no está acabado, ni mucho menos. La juventud de la mayoría de los miembros de la plantilla invita a ser optimista.
    Otra cosa muy distinta, es que el equipo necesita sobre todo un entrenador y apuntalar varios puestos, pero tenemos grandes jugadores, que nadie lo dude.
    En cuanto a esta temporada, pues yo creo que el asunto será pelear por la septima plaza. No creo que debamos hacernos otras conjeturas que lo único que puede hacer es llevarnos a confusiones y cabreos. Un saludo.

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