Gran expectación había en el partido de anoche en la casa de los sevillistas frente al todopoderoso (éste sí que es todopoderoso) FC Barcelona.
Expectación por ver si la mejoría del equipo se plasmaba en el terreno de juego frente al mejor equipo del mundo.
Y resulta que el Sevilla FC hizo dos medios partidos muy distintos.
El primer tiempo, como equipo pequeño. El segundo, como lo que es, el grande de Andalucía.
Bajo mi punto de vista, se equivocó Manzano en el planteamiento del partido. No se trataba de poblar el mediocampo con tres hombres (uno de ellos, Zokora, ni estaba ni se le esperaba) sino, como escribí hace unos días, tejer una defensa de cinco hombres con un tercer central que hiciera de líbero pero darle la manija del ataque a los de siempre.
Como se hizo ante el Villarreal.
Pero Manzano no se imaginaba que Zokora iba a hacer un partido tan lamentable. Así lo pienso y así lo digo.
El costamarfileño no sólo se encontraba desubicado sino que no le ponía ni un gramo de intensidad. Y lo primero se perdona. Lo segundo, no.
Parecía, y así lo dice la lógica, que cuando te llega competencia en el mismo puesto que ocupas debes mejorar el nivel y dar el 120% de ti para que no te quiten el sitio. Pues todo lo contrario le pasa a Zokora con la llegada de Medel. Parece que se ha quitado del cartel y que no tiene ni interés en recuperarlo.
Sigo con el partido.
Y es que con este planteamiento nos encontramos con una posesión brutal del Barça y al Sevilla sin encontrarse en ningún momento. Los catalanes entraban como querían porque tienen calidad a espuertas para ello. Pero es que el Sevilla le regaló el balón... ¡al Barça!
Y nos cayó un gol, en el enésimo pase por alto a la espalda de la defensa, como nos podían haber caído dos más. Uno, tras una mano inventada por Pérez Lasa (lamentable, una vez más y van...) que saca Messi y la clava en la escuadra pero que no sube al marcador porque el arbitrito señala falta de Busquets en la barrera. Y dos, cabezazo de Messi al larguero que pudo suponer la sentencia.
Pero el Barça no sentenció y le pudo salir caro.
A partir del segundo tiempo, no sé que pasó en el vestuario, el equipo cambió del negro al blanco rotundamente. Un cambio de Zokora por Kanouté fue vital para descomponer bastante al Barça y que los nuestros creyeran en el empate y, por que no, en la victoria.
Y a los 8 minutos, combinación excelente de Rakitic-Kanouté, pasé perpendicular a Negredo y éste, al encarar la portería se tiene que escorar ante los defensas y el portero pero cuelga un balón a la media vuelta que Navas se encarga, desde el punto de penalti, de cabecear a la red.
Partido distinto el que íbamos a ver a partir de ese momento. Posesión más moderada del Barça pero con un Sevilla lanzando unos contragolpes casi letales.
Con la entrada de Perotti, tuvimos dos ocasiones claras de Navas y Kanouté pero que no supimos materializar. Además de la de Negredo, poco después del gol y que, increíblemente, tiró alto y desvíado.
Pudimos ganar y también pudimos perder pero empatar ante este Barça (¿alguien duda todavía de quién es el mejor equipo del mundo?) nos deja un punto importante y sentimiento de orgullo por la imagen mostrada en el segundo tiempo.
Esto nos debe servir para sacar algo en Mestalla el próximo domingo y dar por magnífico el empate de anoche.
Por último, tres cositas.
- Perez Lasa, sigues siendo el mismo sujeto incompetente que llevas arbitrando en los campos españoles desde hace, desgraciadamente, varios años. Un árbitro que no deja contento a ninguno de los contendientes deja a las claras la lamentable actuación que este hombre perpetra cada domingo.
- Señor Manzano, no me ha gustado nada la rueda de prensa post partido que ha dado usted hoy. Me gustaría escuchar del entrenador de mi equipo algo más de autoestima y grandeza. Parece, por sus palabras, que teníamos que agradecerle al Barça que no nos hubiera goleado. Lo que usted opinó ayer lo pensaban los 40.000 sevillistas que vimos el partido pero, que no se le olvide que usted es el entrenador y su mensaje debe ser otro.
- Gracias Monchi por esto. No tengo más que decir.
Expectación por ver si la mejoría del equipo se plasmaba en el terreno de juego frente al mejor equipo del mundo.
Y resulta que el Sevilla FC hizo dos medios partidos muy distintos.
El primer tiempo, como equipo pequeño. El segundo, como lo que es, el grande de Andalucía.
Bajo mi punto de vista, se equivocó Manzano en el planteamiento del partido. No se trataba de poblar el mediocampo con tres hombres (uno de ellos, Zokora, ni estaba ni se le esperaba) sino, como escribí hace unos días, tejer una defensa de cinco hombres con un tercer central que hiciera de líbero pero darle la manija del ataque a los de siempre.
Como se hizo ante el Villarreal.
Pero Manzano no se imaginaba que Zokora iba a hacer un partido tan lamentable. Así lo pienso y así lo digo.
El costamarfileño no sólo se encontraba desubicado sino que no le ponía ni un gramo de intensidad. Y lo primero se perdona. Lo segundo, no.
Parecía, y así lo dice la lógica, que cuando te llega competencia en el mismo puesto que ocupas debes mejorar el nivel y dar el 120% de ti para que no te quiten el sitio. Pues todo lo contrario le pasa a Zokora con la llegada de Medel. Parece que se ha quitado del cartel y que no tiene ni interés en recuperarlo.
Sigo con el partido.
Y es que con este planteamiento nos encontramos con una posesión brutal del Barça y al Sevilla sin encontrarse en ningún momento. Los catalanes entraban como querían porque tienen calidad a espuertas para ello. Pero es que el Sevilla le regaló el balón... ¡al Barça!
Y nos cayó un gol, en el enésimo pase por alto a la espalda de la defensa, como nos podían haber caído dos más. Uno, tras una mano inventada por Pérez Lasa (lamentable, una vez más y van...) que saca Messi y la clava en la escuadra pero que no sube al marcador porque el arbitrito señala falta de Busquets en la barrera. Y dos, cabezazo de Messi al larguero que pudo suponer la sentencia.
Pero el Barça no sentenció y le pudo salir caro.
A partir del segundo tiempo, no sé que pasó en el vestuario, el equipo cambió del negro al blanco rotundamente. Un cambio de Zokora por Kanouté fue vital para descomponer bastante al Barça y que los nuestros creyeran en el empate y, por que no, en la victoria.
Y a los 8 minutos, combinación excelente de Rakitic-Kanouté, pasé perpendicular a Negredo y éste, al encarar la portería se tiene que escorar ante los defensas y el portero pero cuelga un balón a la media vuelta que Navas se encarga, desde el punto de penalti, de cabecear a la red.
Partido distinto el que íbamos a ver a partir de ese momento. Posesión más moderada del Barça pero con un Sevilla lanzando unos contragolpes casi letales.
Con la entrada de Perotti, tuvimos dos ocasiones claras de Navas y Kanouté pero que no supimos materializar. Además de la de Negredo, poco después del gol y que, increíblemente, tiró alto y desvíado.
Pudimos ganar y también pudimos perder pero empatar ante este Barça (¿alguien duda todavía de quién es el mejor equipo del mundo?) nos deja un punto importante y sentimiento de orgullo por la imagen mostrada en el segundo tiempo.
Esto nos debe servir para sacar algo en Mestalla el próximo domingo y dar por magnífico el empate de anoche.
Por último, tres cositas.
- Perez Lasa, sigues siendo el mismo sujeto incompetente que llevas arbitrando en los campos españoles desde hace, desgraciadamente, varios años. Un árbitro que no deja contento a ninguno de los contendientes deja a las claras la lamentable actuación que este hombre perpetra cada domingo.
- Señor Manzano, no me ha gustado nada la rueda de prensa post partido que ha dado usted hoy. Me gustaría escuchar del entrenador de mi equipo algo más de autoestima y grandeza. Parece, por sus palabras, que teníamos que agradecerle al Barça que no nos hubiera goleado. Lo que usted opinó ayer lo pensaban los 40.000 sevillistas que vimos el partido pero, que no se le olvide que usted es el entrenador y su mensaje debe ser otro.
- Gracias Monchi por esto. No tengo más que decir.
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